¿Qué es Gestalt?

El enfoque de la Terapia Gestalt fue creado por Fritz Perls, médico y psicoanalista alemán, en la década de los 50. 

El nombre y algunas influencias son tomadas de la escuela de la psicología de la forma o de la gestalt alemana, que estuvo centrada sobre todo en la investigación de los fenómenos perceptivos y posteriormente en el estudio del aprendizaje de la personalidad y de los grupos (Kurt Lewin). 

Otras de las influencias de la Terapia Gestalt provienen del Psicoanálisis (S. Freud, A. Adler, K. Horney, W. Reich), el Teatro y las Técnicas Psicodramáticas y Expresivas (M. Reinhardt, J.L. Moreno), el pensamiento diferencial (S. Friedlander), la Fenomenología, el Existencialismo (M. Buber) y el Holismo (J. Smuts).

La palabra Gestalt proviene del alemán y no tiene una traducción exacta en castellano. Puede ser traducido como “forma, configuración, estructura o totalidad”. Así, cuando nuestro interés perceptivo se centra en un objeto, éste surge del fondo indiferenciado en el que estaba situado y se convierte en figura. Esta figura y su fondo serán percibidos como una configuración, como una composición a la que se le llama gestalt y tiene unas propiedades que son diferentes a la suma de todas sus partes.

La Terapia Gestalt propone una actitud que da prioridad a la experiencia inmediata como forma de llegar a una comprensión más profunda de nosotros/as mismos/as a través de la vivencia personal y directa. Enfatiza la toma de conciencia de lo que ocurre en el aquí y ahora tanto a nivel cognitivo, como corporal y emocional, para poder así, con este conocimiento, responsabilizarnos de nuestra propia vida y de nuestras acciones y decisiones, profundizando en nuestra libertad de elección.

La Terapia Gestalt se apoya en tres principios fundamentales: El Darse Cuenta (tomar conciencia de lo que soy, de lo que hago y de lo que me está sucediendo), el Presente (fomentar la presencia en el aquí y ahora como forma de posibilitar una transformación real frente al Pasado que ya no existe y frente al Futuro que aún no es) y la Responsabilidad (favorecerla mediante una continua invitación a que la persona se responsabilice, se haga cargo de lo que está haciendo, sintiendo, pensando, evitando o negando, deseando, inhibiendo, etc.)

La Terapia Gestalt se basa también en el principio de la autorregulación organísmica. Cuando un organismo está en condiciones óptimas, es capaz de detectar culá es la necesidad que con más fuerza surge y de actuar para tratar de satisfacerla.

La Terapia Gestalt analiza cómo las personas contactan consigo mismas para descubrir sus necesidades y con el ambiente para poder satisfacerlas y mantener así un equilibrio orgánico o bien, si esto no es así, cómo la persona interrumpe ese contacto perdiendo espontaneidad, tornándose desequilibrada y acumulando situaciones inconclusas.

El proceso terapéutico ayudará a ponernos en contacto con nuestras necesidades y con el ambiente para así poder satisfacerlas, aumentando nuestra confianza en la autorregulación organísmica, ya que si dejamos actuar a nuestro cuerpo, éste sabrá perfectamente qué es lo que necesitamos y cómo podemos conseguirlo. Este proceso también nos ayudará a tomar conciencia de aspectos de nuestra personalidad no reconocidos y rechazados, pudiendo así rescatarlos e integrarlos, reapropiándonos de nosotros/as mismos/as, teniendo así todas las herramientas necesarias para poder realizarnos en el mundo en el que vivimos.

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