Los mecanismos de adaptación son formas en las que las personas interrumpen su ciclo natural de contacto con el entorno. Aunque útiles en el pasado, si se vuelven rígidos e inconscientes, impiden el “darse cuenta” y la satisfacción de necesidades. El objetivo es flexibilizarlos, permitiendo que la persona elija conscientemente cómo interactuar con el mundo para lograr mayor autenticidad y bienestar.